Ha sido para mi todo un hallazgo descubrir al genial pianista
Einaudi. Esta interpretación: Nuvola Bianche, que se traduce como Nube
Blanca, me transporta a mis años de niñez cuando alzando los ojos hasta
allá arriba veía el racimo apretado de infinidad de nubes. Me ponía a
pensar sino serían las celestiales coliflores que se destinarían para un
menú de estrellas. En mi mente ensayaba maneras de poder alcanzarlas.
Imaginaba que ponía una mesa de altas patas y sobre ella una escalera
tijera de ventiún pasos que vi usando a un pintor… pero me convencía a
mi mismo que el racimo blanco estaba mucho más arriba.
No…, para alcanzarlas no hacen falta mesas o altas escaleras. Basta
con cerrar los ojos, escuchar a Einaudi, empinarse un poquito y estirar
los brazos para coger las nubes. Si uno sigue teniendo la espiritualidad
de un niño, les aseguro que se logra alcanzarlas.
Saludos amigos
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