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domingo, junio 30, 2013

El hombre frente al televisor


Era un hombre que luego de su jornada de trabajo, llegaba a casa, se sentaba en un sillón y encendía el televisor.

Se pasaba horas frente a la pantalla. Sonreía, reía y hasta soltaba carcajadas. Disfrutaba mirando el televisor.

Una noche, su esposa se acercó al tv. Vio que el aparato estaba desenchufado. No obstante él, siempre miraba la pantalla y reía. Era feliz.

Ella, decidió conectar el enchufe a la corriente. Se hizo la luz. Él sentado frente a la pantalla, dejó de reír. Ahora miraba el televisor, con el seño fruncido, con desánimo y con aburrimiento.


Imagen de: Humor Libre de Calaoi. Editorial Nueva Senda, año 1972


Saludos amigos, en este domingo soleado.

sábado, junio 29, 2013

Accesorios de una batería


Los principales son los siguientes:

a) Barras de unión, o interconexión entre dos elementos contiguos.

b) Bornes de conexión. Sirven para conectar los polos, + y -, de la batería con el circuito exterior.

c) Terminales, so el eslabón de enlace entre el extremo del cable del circuito exterior y el correspondiente borne de conexión de la batería.

Todos estos accesorios son de plomo, con algún porcentaje de antimonio para aumentar la dureza de ese metal.

Las barras de unión afectan la forma indicada en la fig. 50. Los agujeros tienen forma cónica, para adaptarse al terminal del soporte de las placas. Una vez montada la batería, estas barras de interconexión descansan en los terminales cónicos; se vierte plomo líquido en la cavidad superior y, al enfriarse, quedan formando un bloque, uniendo los elementos entre sí.







Los terminales tienen la forma que representa la FIG. 51. En el agujero cilíndrico se aloja el cable que conecta la batería con el exterior, mientras que donde dice terminal, es el agujero cónico que encaja en el extremo de conexión del soporte de placas: un tornillo, con arandela y tuerca, mantienen asegurada esta importante conexión.

La fabricación de estos elementos se realiza fundiendo el plomo, junto con los otros elementos que forman la liga, en crisoles apropiados a la cantidad que se funde. La aleación, en estado de fusión, se vierte en moldes metálicos (acero, bronce, etc.) que tienen la forma invertida que debe tener la pieza, o sea que donde hay una cavidad en el molde sale lleno en la pieza fundida, y donde hay un saliente, la pieza tendrá una cavidad.

Estos moldes acostumbraban a estar divididos en dos partes, unidas por una especie de bisagras, con un agujero por el cual se vierte el plomo en estado líquido; de esta manera el molde y la pieza se presenta ya terminada, con las polaridades marcadas y, si se desea, con el nombre del fabricante, etc., bastando que el molde tenga cavidades donde deben haber salientes en la pieza moldeada.

La temperatura de fusión de la aleación de plomo y antimonio depende del porcentaje que contiene de este último cuerpo; a medida que aumenta este porcentaje va disminuyendo la temperatura de fusión, es así que el plomo puro funde a 327o mientras que si se pone el 5% de antimonio la fusión se realiza a 292o y, con el 11%, a 256o solamente, o sea unos 70o menos que con plomo puro.

Una vez que se sacan las piezas fundidas de los moldes deben de terminarse a la lima, sacarles el trozo que ha servido de colada y repasar los ángulos y quitarles las rebarbas. Si se emplean moldes de acero, o de bronce, se consiguen piezas que requieren muy poco trabajo para su terminación.

Saludos amigos

viernes, junio 28, 2013

Separadores





Puesto que los dos grupos de placas, positivas y negativas, tan pronto como se unen por medio de un conductor se produce la descarga del acumulador, es evidente por si mismo que las placas de distinta polaridad, dispuestas alternadamente y a la mínima distancia posible (para reducir la resistencia interna del acumulador), deben estar aislados entre sí. Esto se consigue por medio de láminas aislantes muy delgadas, que se interponen entre cada placa positiva y negativa; pueden ser de distintas clases, pero deben reunir dos condiciones: ser delgadas y no ser atacados por el ácido sulfúrico, por hallarse diluido en el electrolito, en el cual se encuentran sumergidos los separadores, nombre que es costumbre dar a estas láminas aislantes. 

Hay separadores de tres formas distintas:





a) En baterías de una capacidad de hasta unos 100 Amperios-hora (100Ah), se utilizan hojas de un milímetro de espesor, de madera tratada para no ser atacada por el ácido sulfúrico. Cuando deben dejar gran libertad al desprendimiento de gases (descargas muy enérgicas) se les da forma acanalada, representada en la FIG. 47. Se hacen con sustancias plásticas que sean duras y no las ataque el ácido sulfúrico en el electrolito.

b) Otro tipo de separador muy utilizado, en los acumuladores de pequeña capacidad, del tipo compacto, es de láminas de goma, perforadas, tal como representa la FIG. 48. Como que las descargas son lentas en estas baterías, los gases pasan fácilmente a través de los pequeños orificios.

c) En las grandes baterías estacionarias, que utilizan las Compañías de tranvías, las Centrales Eléctricas, etc., para almacenar energía eléctrica en las horas que hay muy poco consumo, para disponerla durante la tarde, que es cuando hay más demanda de fluido eléctrico, en estas grandes baterías se utilizan separadores de gran solidez formados de tableros de madera que sostienen dos varillas similares, FIG. 49. Como que la separación entre las placas consecutivas es bastante grande, también se emplean varillas de vidrio, colocadas verticalmente, descansando en el fondo de la caja, o vasija, que forma cada elemento.

Por consiguiente, los separadores cumplen dos finalidades distintas: aislar a las placas adyacentes de polaridad contraria y evitar la deformación de las placas positivas. En baterías sometidas a trabajo rudo, compactas y que trabajan a fuertes regímenes de descarga (como sucede en los acumuladores para automóviles y camiones), los separadores, además, deben retener contra las placas la materia activa, contendida en las rejillas.

Toda la técnica del perfeccionamiento de los acumuladores ha sido enfocada hacia dos puntos básicos:

a) construcción de las placas positivas, y,
b) los separadores

En efecto, desde que Faure (pronúnciese For) ideó el método de formación sintética de las placas, nada nuevo se ha añadido al método indicado por ese eminente experimentador francés, digno colaborador de Planté: solo encontramos detalles de perfeccionamiento, entre los cuales se destacan, principalmente, la construcción moderna de las placas, que le han convertido en verdaderas bolsas de materia en estado pastoso, y los separadores, con la triple finalidad de mantener adherida esa materia activa, servir de aislamiento entre dos placas contiguas y permitir el escape de los gases que producen las reacciones químicas durante el funcionamiento.


Saludos amigos

jueves, junio 27, 2013

Agrupamiento de las placas





Cada elemento de una batería de acumuladores se compone de un determinado número de placas, positivas y negativas, reunidas mediante el apéndice que tienen, FIG. 46 Estos apéndices tienen dos finalidades: reunir las placas de la misma polaridad de un elemento y, a la vez, servir de terminal de conexión del grupo de placas así formado; por consiguiente, cada elemento tiene de estos terminales, pertenecientes, respectivamente, a los grupos de placas positivas y negativas.











Los grupos están formados de tal manera que cada placa positiva se encuentra colocada entre dos negativas; es por esta causa que el número de placas negativas es siempre mayor en una unidad que el de las placas positivas. Esta disposición se hace debido a que las placas positivas son siempre las que más se deterioran, tendiendo a curvarse, lo cual se aminora al estar situadas entre dos placas negativas, de manera que: las placas extremas de un elemento, son siempre negativas. Esto ha hecho decidir a muchos constructores a hacer sus baterías empleando las placas negativas extremas más delgadas, puesto que solo trabajan en sus superficies internas, enfrentadas con las placas positivas adyacentes.

Saludos amigos

miércoles, junio 26, 2013

Placas positivas y negativas





Cada elemento tiene dos juegos de placas, uno de positivo y otro de negativo interpuestas e interconectadas tal como representa la figura 44. Se observa que el número total de placas es siempre impar, habiendo en el grupo negativo una placa más que en el grupo positivo. Precisamente este detalle sirve para identificar cuáles son las placas negativas: siempre ocupan los lugares extremos, que cierran el paquete total de cada elemento.

Hay otro detalle que permite identificar la polaridad de las placas a simple vista: las positivas tienen un color marrón, algo semejante al del café, mientras que las negativas son grises.

Cada elemento de las baterías transportables tiene un número total de placas (positivas y negativas) comprendiendo entre 7 y 15, según sea su capacidad en Amperios-hora. Las de 7 placas tienen 4 de negativas y 3 de positivas; las de 9, 5 de negativas y 4 de positivas; las de 11 tienen 6 de negativas y 5 de positivas; y las de 13 y 15; tienen respectivamente, 7 y 8 de negativas con 6 y 7 de positivas.





Tanto en la carga como en la descarga, las placas son verdaderos receptáculos de sustancias químicas resultantes de las reacciones que se originan; primero por el paso de la corriente y después por la regeneración de la electricidad. Esto hizo pensar en la conveniencia de que las placas fuesen como una bolsa, llena de las sustancias químicas que intervienen en el proceso de la carga y descarga.

Fundándose en este principio, las placas se construyen formando un sistema de nervios, destinados a darles rigidez y, al mismo tiempo, servir de depósito, puesto que todas estas cavidades se llenan de materia activa y luego se prensan. En la Fig. 45 se indican algunas de de las formas que suelen afectar las placas (antes de  ser rellenadas), que, por su forma, se les llama rejillas.

Como sea que la rejilla constituye el soporte de la placa y éste es el órgano fundamental de un acumulador, es natural que se hayan ideado muchísimos tipos de rejas; sin embargo, hay dos tipos fundamentales y un tercero, derivado de los otros dos. En la Fig. 45 se presentan:

a) Tipo cruzado
b) Sistema de nervios verticales (uno de los más usados)
c) El modelo de nervios en diagonal y verticales.

Cada uno de los sistemas arriba indicados, tiene sus ventajas e inconvenientes, pues lo que se persigue es obtener un gran almacenamiento de materia activa y, a la vez, que ésta no caiga; se procura asimismo que los nervios ofrezcan, en conjunto, una rigidez suficiente para que las placas no se deformen.





La rejilla sirve para dos finalidades bien distintas: de recipiente para las materias activas y de la corriente que penetra y sale de cada elemento. Esto hace que los constructores de baterías se hayan visto obligados a estudiar el problema muy detenidamente, habiendo llegado, al fin, a resultados prácticamente satisfactorios. Hacen las rejillas con una composición de varios metales que aseguran una buena conductividad de la corriente eléctrica, mucha resistencia mecánica, poco peso, fáciles de construir por su maleabilidad, poseyendo además la propiedad de no sufrir efectos de flexión, a pesar de su fragilidad.

Las materias activas que intervienen en la construcción, de las placas son todas ellas compuestos de plomo. Merecen citarse el óxido de plomo, o litargirio (fórmula química PbO); el peróxido de plomo (PbO2) y el minio (Pb3O4). Para que la pasta obtenida no sea demasiado dura (que dificulte el proceso de las acciones químicas) se combinan estas sustancias, teniendo en cuenta que el óxido de plomo produce placas duras y compactas, mientras que el minio las hace blandas y porosas. Evidente, es preciso obtener una rigidez mecánica suficiente sin perder la porosidad,; esta se consigue mezclando convenientemente esos óxidos de plomo y añadiendo sustancias inertes, que no intervienen en las reacciones químicas, pero que proporcionan porosidad al conjunto.

Saludos amigos

martes, junio 25, 2013

La Caja de la batería




Hola amigos de Energicentro. Una nueva entrada, con la temática de construcción de baterías, tomando como referencia bibligráfica lo que nos detalla el libro: Tratado Práctico de ACUMULADORES ELÉCTRICOS del Ing. Agustín Riu. Este texto fue editado en el año de 1958. Los conceptos que se vierten en el libro sobre las baterías, son correctos y pertinentes, aunque la tecnología de ensamble de baterías en cajas de caucho y el uso de compuestos de asfalto y brea, ya no se usan a la fecha. Además en los años de 1950, lo usual eran las baterías automotrices de 6 voltios, hoy en cambio el uso generalizado es hacia los acumuladores de 12 voltios.

Las cajas de baterías, tienen tres compartimientos en las baterías de seis voltios. Las antiguas eran de madera, que pronto se estropeaban por la acción del ácido sulfúrico, que siempre se derrama, al hacer las manipulaciones. Las cajas modernas están hechas de una pasta moldeable a base de caucho, no atacable por el ácido sulfúrico; una vez enfriada la pasta queda la caja pulcramente modelada, con las paredes que separan los compartimientos, los nervios del fondo, manijas para transportarla y hasta el nombre y la marca del fabricante.

La figura 40 muestra una caja, tal como sale del molde, y la figura 41 la misma caja vista en un corte transversal. Los nervios del fondo tienen por finalidad servir de apoyo a los paquetes de placas de cada elemento, dejando un especie libre para en el fondo, a donde caen las partículas pulverizadas de las sustancias activas que componen las placas positivas y negativas. Esto sucede inevitablemente porque durante los periodos de carga y descarga esas sustancias químicas sufren efectos de dilatación, contracción y hasta torsión, todo lo cual produce su desintegración, cayendo al fondo de la caja. El grave inconveniente de la acumulación de esas sustancias activas es que son buenas conductoras de la electricidad y, por consiguiente, si hiciesen contacto con los extremos inferiores de las placas, positivas y negativas, originarían un corto circuito entre ellas, quedando entonces inutilizada la batería. Debe considerarse la caja como tres compartimientos estancos, totalmente separados, pues el funcionamiento de la batería requiere que los electrolitos de los diversos elementos no se comuniquen: hasta los agujeros microscópicos son perjudiciales. 






Puede suponerse como formando parte integrante de la caja, las tapas de los tres compartimientos, y el tapón de cada una de ellas. Cada tapa está construida según la forma que se indica en la figura, vista en corte y en planta; están hechas con la misma clase de pasta moldeable que la caja. La finalidad de la tapa es cerrar cada elemento de la batería; permitir su inspección durante la carga; comprobar el estado del electrolito; interconectar los terminales de cada grupo de placas con el del polo opuesto del elemento contiguo y; además, colocar el tapón roscado que cierra cada elemento.

El tapón se representa también en la misma figura, al lado derecho; es de pasta moldeada también y va roscado en el agujero central de la tapa. Tiene en su centro un agujero, muy pequeño para permitir que los gases que emana el electrolito puedan escaparse a la atmósfera. Su borde, formando arandela, acostumbra a garfilarse, para tener mayor adherencia en los dedos al apretarse. Entre el tapón y la tapa se coloca una arandela de goma, destinada a obtener un cierre que impida se vierta el electrolito.







Una vez se han instalado los juegos de placas, positivas y negativas, en cada compartimiento, se colocan las tapas cerrándose por medio de una tapa especial que la adhiere a la caja. Finalmente, se cierra también, en igual forma, el espacio comprendido entre los dos orificios  extremos y los bornes; se interconectan los tres elementos y la batería está lista para ser llenada con electrolito y recibir la primera carga.


Saludos amigos.